Después del confinamiento y la pandemia, los hábitos alimenticios de los italianos han cambiado. Hemos aprendido a pedirlo todo, cómodamente desde casa, sin tener en cuenta las consecuencias negativas del servicio de entrega a domicilio.
El confinamiento nos obligó a vivir encerrados en nuestras burbujas hogareñas, impidiéndonos el contacto con el mundo exterior. Justo en esos momentos dramáticos aprendimos a excluir el mundo exterior de nuestras vidas, activando un proceso inverso, es decir, llevar el exterior al interior de nuestras cuatro paredes.
Debemos admitir que el Covid ha cambiado nuestras vidas y nuestros hábitos. Internet, por ejemplo, se ha convertido en nuestra isla feliz. Las aplicaciones y las diversas plataformas nos permitieron estar en contacto con los demás, pagar facturas, trabajar desde el sofá y pedir comida a través del servicio de entrega a domicilio.

Sí, la comida. Justo en esos días en los que el mundo estaba en suspenso, no solo experimentamos cada receta, sino que también nos dimos algunos caprichos en casa. Ordenamos pizza, sushi, helado. El 2020 fue el año del consumo en línea y del comercio electrónico. El servicio de entrega a domicilio y la pandemia transformaron los hábitos de consumo de los italianos en muy poco tiempo, llevándolos a preferir la llamada «experiencia segura», es decir, la compra en solitario en la que el contacto con las personas se reduce al mínimo.
Pros y contras del servicio de entrega a domicilio
El servicio de entrega a domicilio nos brinda la posibilidad de tener toda la comida que deseamos en casa en poco tiempo, pero también ha destacado algunas problemáticas: la primera es el trabajo mal remunerado de los repartidores y la segunda es la falta de higiene durante la entrega.

En este sentido, la revista mensual Gambero Rosso llevó a cabo una investigación en la que se descubrió que en un contenedor de un repartidor de Glovo se encontró una carga bacteriana de 286 Ufc/cm2. En realidad, el repartidor debería limpiar el paquete de comida antes de entregarlo. Pero, ¿quién renunciaría a una entrega más para dedicarse también a la parte de la higiene alimentaria?
AssoDelivery, la asociación italiana de la industria de entrega de alimentos a domicilio a la que pertenecen Deliveroo, FoodToGo, Glovo, SocialFood y Uber Eats, respondió al desafío planteado por Gambero Rosso afirmando: «Los repartidores que colaboran como trabajadores autónomos siguen cursos obligatorios de seguridad vial e higiene y transporte de alimentos. El curso de higiene alimentaria tiene como objetivo proporcionar información sobre las leyes en relación con el ‘Paquete de Higiene’, prestando especial atención a la gestión y mantenimiento de las condiciones de higiene durante las etapas de transporte y entrega de alimentos. Además, el curso de seguridad alimentaria cumple con lo requerido por la normativa Haccp».